LOS ADMIRABLES TAPICES DE AGATINA RIVAS
La tapicería Artística en Venezuela no está estudiada con la debida atención - valga decir rigurosidad- tampoco se posee un registro de los artistas tapiceros, de sus obras – archivos de imágenes- de sus talleres (ubicaciones) así cual el trazado de un proyecto de entrevistas a fin de resguardar en la memoria histórica intelectual del País las experiencias de su aportativo laboreo de este singular arte pictórico en el cual la imaginación del autor vierte sus figuras, sus colores, su temática, su tesis mediante la policromía de sus hilos, de sus hebras, de sus estambres sobre una tela apropiada a ese fin. Los estudiantes de arte tienen allí, pues, un reto para sus monografías académicas, extensiva la invitación a los profesores de ese espacio universitario para sus trabajos de ascenso o de maestría.
Agatina Rivas es, en esta contemporaneidad, la mejor artista tapicera de Venezuela. Muchas de sus obras iluminan las paredes de salones, galerías, adecuados a la mostración de ese arte en Europa, Estados Unidos, Hispanoamérica, así como en estancias de coleccionistas privados amorosos de las valiosas manifestaciones del arte plástico. En Venezuela, su País, tampoco faltan sus admiradores.
Habita Agatina Rivas en una acogedora casa campesina situada en la vía entre la ciudad de Mérida y el pueblo de Jají , a lo largo del pie de uno de los ramales de la Sierra de la Culata, pero abismo por medio, en sentido opuesto, la casita queda frente a la abrumadora majestad de la Sierra Nevada de Mérida. Vive pues entre inmensas montañas, ese es su mundo, ese es su entorno existencial, desde allí proviene en cierta medida el estimulo de su creatividad, apenas piedra de toque para despertar la imaginación, abrir las ventanas del sueño, de allí en adelante la pintora va sola hacia el encuentro con su anamnesis, sus reminiscencias, a la búsqueda de la otra realidad, la perfecta, la eterna, la del almaespíritu, la Idea. Porque después del arte abstracto de Kandinsky (1866-1944) ya no cabe mas compromiso dogmatico con la realidad objetiva, desapareció con él la dictadura de la mímesis aristotélica, el pintor es ahora libre, su creación responderá sola a sus sentimientos, a su íntimo pensar. La imperfecta realidad cruda igual estará alrededor pero no para imponerse sino para ofrecerse sometida al libre albedrio del pintor. Estos saberes intuitivos de lo artístico, esta visión beatifica, no en el sentido religioso, Así la ha plasmado Agatina Rivas sus sorprendentes tapices.
¿Qué revelan estos tapices a la mirada de sus contempladores? En primer lugar la fuerza de una belleza apoyada en la libertad composicional de lo figurativo sostenida por una desafiante holgura cromática. En segundo lugar la pericia en la disposición de los colores de fondo de la estameña sobre la cual se levante la fiesta de la policromía de los hilos, de la hilaza, del estambre para de esta manera dotar el tapiz de la fabula de una supra realidad consubstanciada con lo artístico de la obra y apenas el refleja o conecta con la otra realidad, la imperfecta de las circunstancias de la cotidianidad. ¿Qué transparenta entonces la entidad del tapiz corporizada por el libre albedrio de la artista al montar la trama sobre la urdimbre y hacer así florecer los elementos figurativos de esa suprarrealidad conformante de lo fabulario? Sencillamente ese lenguaje pictórico de inmediata de sus tapices descubre la videncia del otro territorio sublime, el de la Idea. La otra, la inmediata realidad vivencial en torno, adherida, domestica, grata pero cruda actúa sin embargo cual piedra de toque para sacudir el soma y extraer del almaespiritu de Agatina Rivas las reminiscencias, la anamnesis del otro bosque, de aquella fronda, su comarca interior hecha de fugaces recuerdos, de ráfagas de sus sueños, de pálpitos, de secretas añoranzas, valga decir el poético camino hacia el encuentro con la Idea portadora del paisaje absoluto. Solo la artista posee la intuición y el método para vaciar en sus tapices esa fantástica policromía de sus hilos llevando de la mano por la valentía, por la audacia de su desafiante libertad para exponer el recóndito verano de las encantadas florestas, la efectiva calidez estructurante de la belleza de la textilidad de so obra pictórica, la imaginativa creación de su Paraiso.
Concluyo este escrito con apenas una estrofa del largo poema de Fernando Paz Castillo ( Caracas 1893-1981) rotulado La Voz de la Selva, tal vez estos diáfanos versos iluminen mis palabras y ayuden a entender la intensa señal honda de los admirables tapices de Agatina Rivas.
(…)
¨y por mas que se acerque a la ventana,
Que la tenga en sus manos,
siempre lo llama la perdida tierra:
ese sueño de dicha que fue suyo,
cuando suyo eran el canto y su sentido,
y suya el agua y su lenguaje simple,
y suyo el viento animador de espigas,
y suyo el tiempo
-sin ayer ni mañana-
En su fecunda juventud eterna.¨
(…)
Del libro de Fernando Paz Castillo, Poesías escogidas 1920-1974. Caracas. Seguros Horizontes, 1974. P.87)
Entraña el paisaje en los tapices de Agatina Rivas una intima extensión de ella misma. Tratare de explicar esta intuición: Al nacer un niño sus padres lo colocan entre dos estancias; la una el exterior entorno físico inmediato, el otro lo lleva el niño mismo, duerme en los genes de su memoria. Vivir esencia un andar, un ambular, un transitar por disimiles espacios dispuestos a la manera de piezas de un puzzle, de un caleidoscopio; es el andante quien en definitiva las arma para escoger su derrotero guiado por confusas reminiscencias muy lejanas, por sus instintos, por su inteligencia. Esa escogencia nunca escapa a los errores del errar a cambio de topar los maravillosos hallazgos de la aventura, la aventura del encanto en el espacio enriquecido por la belleza del azar esencial, ello paisaje se nomina. Falta algo sin embargo para asignarle existencias, la revelación mediante la mirada de quien lo contempla ¨con los ojos del alma¨ (frase de Platón). Cualquiera persona con suficiente sensibilidad espiritual puede identificar la realidad de un paisaje en sí, mas solo el artista (pintor, músico, poeta, narrador, fotógrafo, virtuoso del tapiz, cineasta, en fin) el recrearlo lo dota de eternidad, pues ha identificado su presencial naturaleza con la Idea del mismo, con aquellas hondas remembranzas de la anamnesis, lo puro contemplativo, el ver eidético. Magnifico encuentro entonces del autor vidente con el resto de su imaginación nutrida de los profundos estratos de la oniria, con una extensión originaria hecha por la venustez unidas con aquellas lejanísimas memorias del otrora atemporal proveniente del empíreo de los eidos.
Cuando Agatina Rivas empezó a manifestar su artisticidad pictórica con la policromía de sus hilos, de sus refulgentes hebras sobre sus matizadas telas ya cargaba en su bagaje espiritual además de sus múltiples experiencias existenciales de más intensas vividuras, también registros memoriales de lugares, somareas, ambientes, parajes, aldeas, caminos, en fin, los mil senderos con los cuales se teje el azar. Pero ese inmenso deposito de recuerdos, de vivencias Agatina Rivas nunca lo volco en sus texturas de manera cruda, valga decir en simples estampas de la fronda, en insípidas descripciones de vegetales entornos, no. Vierte ella sus verdades en los lienzos extraídas de su floresta interior. Alegoriza ella cuanto ha visto en su fértil bienandanza del tiempo otorgado transmutándolo por la alquimia de su creatividad en esos singulares paisajes, en esas turbadoras figuras de su íntimo reino silvestre, cosidos con la encantatoria policromía de las hilazas de su urdimbre tejida esta en los talleres de su almaespíritu para volcar todo ello, ahora sí, en sus espléndidos paños donde el veedor apreciará ese intenso ritmo de sus colores, del impactante juego de líneas, dibujos, tal vez por el secreto impulso de las divinidades Ártemis, Diana, Diosas-ser del orbe selvático. Resplandece así sobre la estameña con inaudita fuerza plástica, la insólita floresta de la imaginación de Agatina Rivas, sugestiva flora enrevesada con una fauna salida de los propios colores. Prodigiosas estancias sus tapices levantadas sobre la musicalidad de los contrastantes matices, de la fortitud cromática de las figuras: arboles, pájaros, insectos, hierbas, flores bajo el fulgente ludismo de los tintes, de los pigmentos. En otras palabras el orbe selvático alterno inserto en el tejido de sus tapices lo hizo de evocaciones rescatadas de los sueños, cuya presencia conforma sobre el la destreza Aprendida junto estambrado perfectas realidades recordantes de su origen eidético, un retomar por la vía del sacro misterio milagro de lo artístico sediento de perennidad.
Ha señalado Agatina Rivas con la pintura de sus tapices una alta, exigente, genuina visión para la herencia del paisajismo pictórico venezolano. En este país los diversos espacios retantes al observador por su hermosura, por su peculiaridad o sencillamente por su referencia a un acontecimiento histórico ofrecen al pintor una oportunidad de expresar la destreza aprendida junto a la sensibilidad de su vocación. Traslada el artista a la tela, al papel, al cartón, al trenzado esa entidad frente a el mediante un proceso de noble mimesis. Obsecuentes en el seguimiento de las pautas convencionales de su oficio la primera exigencia insoslayable debe ser el parecido de lo representado - la simpatía- con ese fragmento de extensión ante los ojos. Colocara luego sobre ello lo aportativo: la manera de concebirlo, las técnicas plásticas, la imposición del sello personal, el acierto en el nivel estético esperado, valga decir lo subjetivo, la fuerza de la obra para suscitar emociones en la impresionabilidad del ciudadano contemplante con conocimientos adecuados al respecto. Arriban a la memoria nombres de paradigmas del paisajismo nativo: de las serranías andinas Manuel Osorio Velasco, de las planicies herbáceas Hernández Guerra, de los literales del Mar Caribe Armando Reveron, Rafael Monasterio, de la Montaña emblemática de Caracas, El Ávila Manuel Cabré, de los ambientes urbanos Cesar Rengifo, de los verdegales de la cordillera de la costa Luis Alfredo López Méndez, restan algunos otros mas no incluidos por la brevedad de este escrito. Sin disminuir para nada lo enriquecedor calológico de sus cuadros donde captaron la autenticidad el almaespiritu de la tierra en los paisaje de sus lienzos, sin embargo siempre ha habido en la tradición pictórica de ellos una separación entre el creador y lo pintado, nunca hay fusión, tampoco lo expuesto en las telas representa un desborde de la entraña imaginativa del artista. En Agatina Rivas, por el contrario, en sus tapices se manifiesta por primera vez esta inventiva: desde la perspectiva intima de la creatividad artística la versión proyectada del paisaje perfecto de acuerdo a su naturaleza eidética plasmada por la fortitud composicional urdida con los colores, los ritmos de sus hilos, las figuras ensambladas por la imaginación sustentadas por la reminiscencia de la idea.
A manera de conclusión se reproduce el siguiente Poema.
FRENTE A UN TAPIZ DE AGATINA RIVAS
El verdeazul lejano al fondo
Reclamo de risco entregado a la sangre
Desde siempre
Más allá del abismo sabemos su presencia
La cordillera.
Pero desde acá desde esta orilla
Tu bosque a extraviarse dulcemente entre la fronda
Invita.
Nacidos esos árboles a la medida del jardín
De tu mirada
Sobre las hierbas de la esperanza.
Canta detrás de ti una selva
Más allá del espejismo de lo real.
Con tus hilos, tus telas, tus colores, tus ojos
La trascendencia de lo vegetal salvas.
Tiembla el verdor ante el tifón de la voracidad.
Resguardan por el contrario tus tapices la esencia
De lo aun silvestre.
Pareciera la pintura de tus tejidos el escudo
De la canción, de la voz, de la memoria
De la floresta.
A la fugacidad de lo vegetal tu imaginación opones.
Salió tu vida de ese extraño paisaje
De arboles sin nombre, de atormentadas cortezas
De pájaros azules, escarlata
De cielos donde los colores enloquecieron
De soles-flores, de hojas –estrellas.
Tus tapices otra verdad encierran
La imperecedera
Brotada en medio de los matorrales de la poesía.
De Lubio Cardozo, Alrededor. Caracas,
La Espada Rota, 2010. Pp. 35-36
Agatina Rivas. Currículo
Nace en Mérida el 25 de Enero de 1945.
Recibió su primera formación artística en la Escuela de Artes Plásticas “Antonio Esteban Frías” y en el Centro Experimental de Arte de la ULA, Mérida, estado Mérida.
Realiza varios trabajos como dibujante, es así como en 1971 elabora la portada de un libro de medicina para el Departamento de Epidemiología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Los Andes y en 1972, realiza dibujos para el Departamento de Ecología vegetal de la Facultad de Ciencias Forestales, de la misma Universidad.
Ejerció la docencia en el Taller de Expresión Infantil en la población de Tovar, entre los años 1974-1976.
Es para inicios de la década de los años 80, cuando Agatina se establece con su compañero y sus tres hijos en una casa campestre en la vía Jají, sector Manzano Alto. Y es para esta fecha que retoma su iniciativa creadora, realizando pequeñas piezas de artesanías talladas en madera y también en papel machet y tela, que exponía y vendía en un puesto de artesanía en el Antiguo Mercado Principal de Mérida.
No trascurre mucho tiempo, cuando Agatina inicia la elaboración de unas Mascaras decorativas, realizadas con la técnica del papel machet y diferentes materiales orgánicos, como tierras y vidrios de colores, fique, piedras y lanas. Estas autenticas y genuinas creaciones cargadas de ese mestizaje cultural que envuelve a América, le dan la posibilidad de exhibir en varios eventos expositivos en el estado Mérida.
Por otra parte, es para finales de la década del 90, que inicia la creación de tapices, donde representa diferentes escenas de la naturaleza. A través de variados retazos de telas y con la técnica aplicación, ensambla las representaciones que se imagina, siempre tomando como punto de inspiración la naturaleza. Colmados de detalles están, los tantos tapices de sus temas preferido: árboles, enredaderas, aves, flores, pavo reales, paisajes, entre otros, donde la variedad de color, texturas, puntos de bordados, tintas, lanas y fibras naturales, son trabajados con mucha perspicacia de una creadora, amante observadora de la naturaleza.
Exposiciones individuales
2013 “Naturaleza Bordada”, Exposición de Tapices y Mascaras de Agatina Rivas, realizada en el Museo de Arte Colonial. Mérida, Venezuela.
2011 “La Naturaleza de Agatina”, Exposición realizada en el Museo Arqueológico Gonzalo Rincón Gutiérrez, de la ULA. Mérida, Venezuela.
2003 “Al Hilo del Color”, Exposición realizada en el espacio alterno del Museo de Arte Colonial de Mérida. Mérida, Venezuela.
1996 “Mascaras de Agatina”, exposición realizada en la Antigua Casa de los Gobernadores, Gobernación del Estado Mérida. Mérida, Venezuela.
Exposiciones colectivas
2015 “Retazos” Expresión popular. Exposición de Agatina Rivas, Felipa Quintero y Alejandra Ayala. Colchas de retazos, Muestra realizada en el Museo Arte Colonial. Mérida, Venezuela.
2013 XI Bienal “Salvador Valero” de Arte Popular. Universidad de Los Andes, Núcleo Universitario Rafael Rangel, Museo de Arte Popular Salvador Valero. Trujillo, estado Trujillo.
2002-2003 VII Bienal “Salvador Valero” de Arte Popular. Universidad de Los Andes, Núcleo Universitario Rafael Rangel, Museo de Arte Popular Salvador Valero. Trujillo, estado Trujillo.
1999-2000 VI Bienal “Salvador Valero” de Arte Popular. Universidad de Los Andes, Núcleo Universitario Rafael Rangel, Museo de Arte Popular Salvador Valero. Trujillo, estado Trujillo.
1999 IV Exposición “Mentes Creadoras”. Fundación Casa de la Cultura “Juan Félix Sánchez”. Mérida, Venezuela.
1997 II Expoferia Artesanal de la Región Andina “Manos Creadoras”, Consejo Nacional de la Cultura (CONAC), Instituto Merideño de Cultura (IMC), Consejo Estadal de Artesanos del Estado Mérida.
1995 I Salón de Expresión Artística Popular Merideña. Dirección de Cultura del estado Mérida. Centro Cultural Tulio Febres Cordero. Mérida, Venezuela.
1995 I Salón de la Expresión Artística Popular Merideña. Realizada en la Galería La Otra Banda. Dirección General de Cultura y Extensión, Universidad de Los Andes. Mérida, Venezuela.
LUBIO CARDOZO, poeta y ambientalista venezolano
Lubio Cardozo
Lubio Cardozo, Caracas, 1938. Poeta, ensayista, investigador y crítico literario venezolano. Licenciado en Letras en la Universidad Central de Venezuela (curso 1960-1964). Postgrado en Investigación Documental en la Escuela de Documentalistas de Madrid (curso 1972-1974). Profesor Titular Jubilado de la Universidad de Los Andes. Director de la Escuela de Letras de la Facultad de Humanidades de la ULA (1975-1976). Director Fundador del Instituto de Investigaciones Literarias Gonzalo Picón Febres de la misma Universidad (1977-1979). Decano de la Facultad de Humanidades de la Universidad de Los Andes (1979- 1981). Miembro de la Academia de Mérida y Bibliotecario de su Directiva (1993). Lubio Cardozo comienza su vida literaria, como poeta, en la revista En Haa junto con José Balza, Jorge Nunes, Carlos Noguera, Argenis Daza Guevara, Armando Navarro, Teodoro Pérez Peralta. En Haa significaba una tercera posición estética, creativa, en la Caracas del primer lustro de los años sesenta, en cuya escena jugaban un papel de primer orden Tabla Redonda y Sardio.
Pasada la difícil década del sesenta, las búsquedas literarias de En Haa se continuarán con el mismo grupo de intelectuales en las publicaciones Jakemate (Caracas, 1972) y Falso Cuaderno (Caracas, 1976). Ha obtenido los siguientes premios literarios: de ensayo, en el VIII Concurso Literario de la Universidad del Zulia (Maracaibo, 1970); de investigación, en el "Carlos E. Muñoz Oraa" de la ULA (Mérida, 1976); de poesía, Mención en el VI Concurso Anual de Poesía de la Universidad del Zulia (Maracaibo, 1967), Municipal de Literatura (Mérida, 1982); Premio de Poesía APULA (1984). Ha sido colaborador de diversas revistas literarias nacionales y extranjeras, entre estas últimas: Xilote (México), Igitur (Córdoba, Argentina), Ideas, Artes y Letras (Lima), Espiral (Bogotá), Esparavel (Cali, Colombia); y entre las nacionales: Suplemento Cultural de Últimas Noticias (Caracas), Revista Nacional de Cultura (Caracas) Revista de la Universidad del Zulia (Maracaibo), etc. Redactor de la Revista Caribana (1982 - 1984), En Haa (1963 - 1971), Jakemate (1972) y Falso Cuaderno (1976 - 1981). Coordinador de la revista ACTUAL de la Dirección General de Cultura y Extensión de la Universidad de Los Andes, Mérida, Estado Mérida.
Cardozo ha publicado más de treinta (30) títulos de estudios literarios sobre Historia, Teoría y Crítica. Fue promotor, coordinador, editor y co-autor del Diccionario general de la literatura venezolana (2 vol. 1974). Como el mismo autor sostiene en su libro de crítica litararia Paseo por el bosque de la palabra encantada, su obra bibliográfica y, ciertamente, historiográfica es "fruto de muchas lecturas, apuntan más bien hacia un intento de nombrar para la historia ciertos momentos del desenvolvimiento de la creación poética venezolana, cuando y donde han levantado los bardos un significado hacer de un trascendente valor artístico innegable, a partir de 1940". Se diría que se trata de un como levantamiento, un tanto heteredoxo aunque fundamental, del mapa poético venezolano contemporáneo. Su obra poética comprende los siguientes títulos: Extensión Habitual (1966), Apocatástasis (1968), Contra el campo del rey (1968), Salto sobre el área no hollada ( 1971), Fabla ( 1974), Paisajes (1975), Poemas de caballería ( 1983), Solecismos (1986), Poemas (1992), Lugar de la Palabra (1993), El país de las nubes (1995) Un verso cada día (1995). Arbóreos (1997), Ver (1999). Toda su poesía ha sido reunida en el volumen La cuarta escogencia (Ediciones Mucuglifo, 2006). En 2011 ha salido su último poemario Alrededor así como el libro sobre poetas merideños Mérida una ciudad hecha de poesía (La Espada Rota). http://www.poemaspoetas.com/lubio-cardozo yhttp://www.letralia.com/firmas/cardozolubio.htm
Brindis (Ver, 1999)
Brindemos por el día
en medio del bullicio de la oportunidad de errar.
Vale nuestra euforia una crátera colmada de sílex.
Sustituye toda la jactancia irracional del orbe la pal
abra silencio,
el brebaje secreto del reposo.
¡Brindemos por el escándalo!
Es la oniria la fiesta de las tinieblas,
ojo lunar de la conciencia,
por ella la hierática quietud atisbamos.
Pero sobre la hierba todavía
los frutos maduros reposan
fragantes,
podemos aún prodigiosamente equivocarnos.
Aunque estés triste brindemos por el día.
“La poesía en el poema, lo poético, nutre todas las estructuras de la composición, el léxico, los tropos, las figuras, el verso y la estrofa (si los hay), la musicalidad. La poesía comprende la belleza, la engloba, pero va más allá de ella. Incorpora el pensar, ideas, visiones, a su entidad; no obstante a todos ellos los subyuga para salir a la percepción de la mirada y del oído, a accionar la inteligencia (interpretando una frase de Plotino se podría decir en este caso, la inteligencia se hace entonces ser de la poesía y el ser de la poesía se hace a su vez inteligencia. Enéada sexta. VI, 2) a ser percibida, sentida, intuida; a ser placer, conocimiento, misterio y sobrecogimiento.” (Lubio Cardozo).http://www.wikilearning.com/monografia/para_que_la_poesia-para_salir_a_la_percepcion_de_la_mirada/17908-29
Del poeta Lubio Cardozo ha escrito el historiador y poeta Rafael Rattia: "El poeta Lubio Cardozo está destinado, por una especie de fatum benéfico inscrito en el devenir de las letras hispanoamericanas del siglo XX, a formar parte de los escritores antiguos de habla hispana. Es Cardozo, ciertamente, un extraño caso de la literatura venezolana en particular y de las letras latinoamericanas en general. Nadie discute la excelsa formación clasicista que distingue a este excelente poeta que ya ha alcanzado un cimero lugar entre los mejores estros que conforman la atalaya literaria de nuestro continente hispanohablante. Casi una veintena de poemarios pueden atestiguar mi aserto (...)"http://www.letralia.com/88/ar02-088.htm
Asimismo el tachirense Pablo Mora asevera que "(...) Lubio Cardozo en permanente pasión por la palabra, frente a la vida, frente a la luz, la sombra o la ternura, reteje, (re)ordena, deslinda, resucita la palabra, la sigue y la persigue minuciosamente en sus valles, aposentos, intersticios, vericuetos, calzadas, alcores, aleros, umbrales y veredas. Conspiración de sueños. Lírica, fulgurante provocación frente al horizonte azul del vuelo, desde el senderuelo que lleva a la alquería, “sobre el azafranado espíritu de la errancia”. Errabundaje, trashumancia del hombre que mira hacia la estrella. Entonces, sabemos qué cosa sea la risa o la “holganza profunda”. Sabemos del don del azar, de la alegría; de ese otro nombre del tiempo: el olvido; nos convencemos de que la vida es el jardín del mundo: de que sólo la poesía corporiza el tiempo; que la llama pareciera el delirio de un gran pensamiento o el mundo ese delirio; que la poesía, “Mater Amabilis”, deífica presencia, casi todo lo define."http://www.ucm.es/info/especulo/numero32/lubiocar.html
Entre su obra bibliográfica y de crírica literaria, destacan:
Desde la torre de Segismundo (2007) Formas estructurales del poema lírico (musicalidad, tropos, figuras) (2003) Paseo por el bosque de la palabra encantada (1997) Antología de la poesía venezolana escrita en la Guerra de Independencia (1994) La poesía lírica venezolana en el siglo XIX (1992) Debajo de un considerando me puse a considerar(1987) El sabor de la tierra (1987) Los repertorios bibliográficos venezolanos del siglo diecinueve (1982) Por la tendida loma (1979) Historia de los estudios bibliográficos humanísticos latinoamericanos (1978) Philobiblión (1976) Bibliografía de bibliografías sobre la literatura venezolana en las bibliotecas de Madrid, París y Londres (1975) La poesía en Mérida de Venezuela (1971) Antología de la poesía merideña (1969) Cuentos indígenas venezolanos (baniba-bare-piapoco-puinabe)(1968) Bibliografía de la literatura merideña (1968) Contribución a la bibliografía sobre la literatura indígena venezolana (1966) http://openlibrary.org/authors/OL85373A/Lubio_Cardozo
CD's
Trovas, Odas, Cánticos
Libros digitales
Enlaces externos
· http://ecotropicos.saber.ula.ve/db/ssaber/Edocs/pubelectronicas/investigacion/inum14/articulo6.pdf
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